DESARROLLO DE UN LENGUAJE BILINGÜE


Recuerdo, no con mucha exactitud, la época de mi infancia en qué empecé a cuestionarme sobre los oficios de la gente adulta, sobre todo en lo extenuantes que eran, ya que mis padres vivían ocupados en sus trabajos y cuando sentía la necesidad de jugar con ellos porque no tenía con quien, la excusa era muchas veces “estamos cansados”, por esa razón pasé alrededor de diez años de mi niñez jugando sola y pensando que ejercer un oficio cuando creciera tal vez no era muy divertido como mis demás  amigas y compañeras lo veían; así que pasó el tiempo, y a mi vida llegaron dos angelitos llenos de felicidad para mí. No importó la diferencia de edades para jugar con ellas, lo valioso aquí fue el tiempo recuperado en mi vida y  el más feliz que he vivido y que espero nunca acabe.
A raíz de lo anterior, me di cuenta que mi país y el mundo me necesitaban para cumplir con la vocación que se me fue asignada, ser la primera maestra en la vida de un ser humano, un niño que empieza a formarse en una sociedad y a la que le servirá en un futuro. La decisión la tomé hace dos años, cuando me encontraba en grado décimo y desde ahí he venido pensando que mi oficio y mi labor, tal vez,  no sean lo que las demás personas de tu alrededor piensan como algo “aburrido”, sino que por el contrario sea muy enriquecedor para mi vida, sobretodo porque cada niño que pasa por tu vida te deja una gran enseñanza y muy seguramente nunca lo olvidarás.
Pasarán algunos años en los que me iré formando como maestra, pero hoy desde el primer día de clases quiero tener una idea bien formada sobre mi tesis y la argumentación que año tras año le iré dando. Siempre me he preguntado, ¿cómo aprender  un segundo idioma desde tan pequeño, sin ni siquiera lograr desarrollar mi lengua materna? ; ¿cómo lograr hablar, leer y escribir una segunda lengua en un contexto no bilingüe como el nuestro? Unido a esto el no logro de propósitos  como el de pretender una ciudad bilingüe como se suponía en el plan Decenal de educación  para el 2010 meta bastante utópica máxime cuando no se evidenciaron esfuerzos por fortalecer esos procesos en los pequeños  que inician su proceso de formación y que aún hoy continúan sin clases de una segunda lengua. Estas preguntas podrían ser los hilos conductores que me permitirían indagar e investigar  durante el transcurso de mi carrera.

CAROL VIVIANA CÁRDENAS AMÉZQUITA 
EDUCACIÓN INFANTIL - PRIMER SEMESTRE